sábado, 23 de febrero de 2008

Caos, amnesia, existencia

Momentos de extrema agitación, de prisas y desenfreno
encajes de agenda, mosaicos de citas no siempre bien ajustados
rápido, rápido, rápido, hay que hacer más y más cosas.

El tiempo es limitado, pero se puede domar. Ahora, ¿nos interesa?

¿Cunde más nuestra vida completamente ocupada, al minuto, "eskedulada", como se dice ahora, o la del pastor que ví el otro día en no sé qué programa (voy tan rápido por la vía - que no vida - que no fijo ya los detalles) de la tele, que vivía al raso, con sus chorrocientas ovejas, camino de los pastos del sur?

El río puede fluir más rápido, eso es innegable, y entrar en muchos huertos cuadriculados y teselados, mu bien organizados ellos, regandolos todos, pero poco.

También puede ir por la llanura, tranquilo, pausado, recibiendo los sedimentos de cada campo, las semillas de cada primavera, siendo bebido por los animales y las gentes, recibiendo su sustancia.

Despacio.

La memoria es nuestra vida, si corremos mucho los recuerdos no nos pueden alcanzar.

Y sin recuerdos no hay nada.