viernes, 27 de junio de 2008

Crisis Seldon


Leí hace tiempo toda la serie de libros de Asimov de "La Fundación", y me impresionó sobre todo el concepto de Crisis Seldon.

Supongo que no todo el mundo tiene en la caché (el acento creo que es al revés, por algún rollo francés...) lo que son estos libros, aunque mucha gente sí que conoce, aunque sea de oídas a Isaac Asimov.

En la serie "La Fundación", el protagonista, Hari Seldon, es el creador de la "Psicohistoria", disciplina híbrida entre la Historia y la Psicología, con un fuerte aparato matemático, que permite predecir la Historia. Sí, así como suena. Y contado dentro del libro no suena tan descabellado: aplicar la estadística a sistemas de partículas con n tendiendo a infinito da muy buenos resultados.

¿Por qué no extrapolar esto a la Humanidad?

Claro, que sólo tendría sentido si el número de elementos es abrumadoramente enorme: como en la Galaxia, completamente colonizada por el ser humano, en la que el Imperio se está ya desmoronando, aunque nadie se ha dado cuenta aún.

Un elemento clave de la teoría de la Psicohistoria son las "Crisis Seldon": son puntos múltiples de la teoría, singularidades en las que pequeñas perturbaciones (el libre albedrío de incluso un sólo individuo) pueden hacer que la Historia varíe enormemente entre dos o más destinos completamente diferentes.

Algo con bastantes similitudes con el paradigma de la tan manida y poco entendida "Teoría del Caos": el aleteo de una mariposa en el Caribe puede generar un Tifón en Camboya...

Yo creo que, manteniendo unas distancias razonables, ¡las "Crisis Seldon" existen en la vida real! Existen momentos concretos de la vida en los que se va acumulando algo que llamaría una especie de "energía potencial vital", que se libera cuando tomas una o varias decisiones importantes. ¡Decisiones que, a veces, no son pocas! Vamos, estoy por decir que siempre son dos o más, que implican cambios importantes en el rumbo de la vida de una persona.

La importancia de estos binomios decisión/cambio son relativos al momento de la vida. Evidentemente, cuando tienes 13 años pueden ser "invitar al baile / que te den tu primer beso", y cuando tienes 40 pueden ser "dejar a tu mujer / volver a la vidad de soltero [...]", nada menos. Creo que me explico...

Pensad sobre ello, trantorianos, ¡la siguiente edad media se acerca!

sábado, 7 de junio de 2008

Electric Weekend



Aún me duele la garganta, los pies y los tímpanos (también el bolsillo) pero la descarga de adrenalina valió la pena: tanto Rage Against The Machine como los inmensos maestros del Metal, MetallicA, se salieron el pasado fin de semana en el hasta entonces ignoto auditorio John Lennon de Getafe.

El viernes RATM desbordó lo esperable de una banda que se ha vuelto a juntar tras años de andadura independiente; Z. de la R. volvió a tocar con T. Morello y cía., que no han estado perdiendo esos ¿cinco al menos? años junto a Chris Cornell (Soundgarden, nada menos) en el supergrupo Audioslave.

La Internacional sonó como presentación de RATM, contra la estrella roja gigante que se mantuvo durante todo el concierto tras Zak, Tom y los suyos.

Una impresionante presentación de los cuatro músicos vestidos a la última moda Guantánamo (este topónimo ya no significará nunca lo mismo), que se prolongó durante la primera canción. ¡Se tocaron Bombtrack con la bolsa negra en la cabeza!

Impresionantes, Tom Morello encabezó el festival de dominio de su música que redondearon con las variaciones para directo que sólo un gran grupo de grandes músicos puede hacer.

La rabia contra la máquina se desbordó en los momentos finales de "Freedom" (qué subidón) y, cómo no, en "Killin' in the name", famosa por su frase en español quasi-homofona (nau yu du guot dei tol yaa...). Ya sabeis a cual me refiero. Me pregunto desde el Festimad del 95 si esta gente sabe lo que en España se canta en esa canción, la verdad...

Bullet in the Head, Bulls on Parade, People of the Sun, Revolver, una tras otra caían sin clemencia, no había descanso, ¡todas son las mejores! La gente enloquecía, se oía por doquier "putos genios..."



El día siguiente, sin duda muchisima más gente acudió a ver a MetallicA. Javier Bardem, Luis Tosar y el perenne Coque Malla se dejaron ver en la torre de VIPs (¡anda, Javi, que esta vez no te atreviste a bajar a la arena, como en La Peineta, eh?! buenos codazos que nos dimos...)



Abrieron con "Fuel", y las 50.000 personas que nos apiñabamos gustosamente comenzamos a pegar saltos como locos. Fue impresionante, pero no tanto como cuando empezaron a tocar la verdadera música de Metallica: Harvester of Sorrow, Sad But True, And Justice For All, Whiplash, Master of Puppets (Dios mío, ese "Master, Master")

Con "One" nos volvimos a transportar a ese campo de batalla, que puede ser tanto el de la Gran Guerra de "Johnny cogió su fusil", como el del Irak de nuestros días... los disparos, las llamas, las bengalas dieron el toque teatral justo al momento.

El extasis final fue para "Seek and Destroy", que sonaba tan fresca como en el Kim'em All. Tanto Hetfiel, como Hammet y Ulrich no han hecho sino crecer en estos años como músicos. Trujillo, como ya hizo en La Peineta hace casi cinco años, estuvo a la altura, no desentonando en absoluto dentro del grupo.

Otros grupos: la verdad, llegué tarde a Offspring, pero lo que oí fue correcto. Me falto conexión con la gente, ¡un grupo como ellos tiene que hacer saltar hasta la pintura!

Queens of the Stone Age me gustaron, aunque no conocía gran cosa de ellos, salvo el tema en el que Dave Grhroll toca con ellos la batería (parece ser su tema estrella, ya que lo tocaron al final y duró casi diez minutos). Tocaron apenas una hora, lo que me sorprendió, siendo ellos los que cerraban el viernes.

El sábado oí de pasada a Whitin Temptation, que llenó aunque creo que por curiosidad y, sobre todo, porque la gente quería coger sitio para los que tocaban luego (M). No me gustaron mucho, la verdad. Y de Machine Head, que tocaron en el escenario pequeño, justo antes de Metallica, pues no puede decir mucho, ya que no se entendía nada: sonaban tan fuerte y tan embarullados dentro de la carpa que aunque te taparas los oídos era imposible captar por donde iba la canción.

La organización del Festival no fue mala: puntualidad británica en los conciertos, sonido aceptable, aunque un poco bajo para mi gusto en el escenario grande y no muy cuidada la acústica de la carpa del escenario pequeño. Carísima la bebida, aunque (al menos la cerveza, que es lo que bebí) de calidad. Quizá lo peor, los baños: la gente acabó haciendo lo que podía por donde podía...