domingo, 9 de agosto de 2009

Agosto

Hacía tiempo que no me quedaba en Madrid en agosto.
Pues fácilmente tres años, en los que sólo intuía durante cuatro o cinco días en qué se convertía mi barrio en el mes vacacional por excelencia.

Y es curioso, porque la percepción cambia mucho si estás a punto de irte de vacaciones o si aún sigues currando, y vas a seguir alguna semana más incluso:

Lo "desangelado" se vuelve "tranquilo", lo "vacío" se vuelve "desahogado"... Ahora también es cierto que el "buen tiempo" se convierte en "un calor insoportable". Gracias a Dios muchas oficinas tienen buen (a veces demasiado) aire acondicionado. Pero ese es otro eterno tema de conversación, acerca del que nadie se pone de acuerdo: dos personas en una habitación nunca tendrán la misma idea de cuando poner y cuando quitar el puñetero aire acondicionado.

Otras ventajas: sueles poder aparcar donde quieres; hay más sitio en los supermercados, los museos están más tranquilos,...

Ah, y otra importante, es quedarse durante el fin de semana del 15 a disfrutar de las fiestas de la Virgen de La Paloma, que por castizas no son menos animadas: se mezcla modernidad y tradición, y el ambiente es increíble en la calle.

Este añó sólo veo una cosa un poco cutrecilla por parte del Ayto.: y es que hay muchos menos cines de verano en los barrios. No sé, tambień es una manera de dinamizar la economía, ¿no? Al menos la de los vendedores de pipas...